LOS CIUDADANOS CATÓLICOS Y LA POLÍTICA DEL VOTO

LOS CIUDADANOS CATÓLICOS Y LA POLÍTICA DEL VOTO

LOS CIUDADANOS CATÓLICOS Y LA POLÍTICA DEL VOTO


Los artículos 35 fracción I y 36 fracción III de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establecen y fundan la prerrogativa y el derecho AL VOTO en las elecciones populares, como las que se acercan para el 1 de julio del 2002.

Los ABOGADOS CATÓLICOS y TODO GOBERNADO MAYOR DE EDAD, estamos exigidos y requeridos para participar en la política con el máximo sentido de responsabilidad y compromiso por el bien de nuestra nación mexicana. La participación más elemental pero fundamental es por medio del derecho a votar que nos otorgan y conceden los artículos referidos de la Carta Magna.

El DIVINO SEÑOR JESÚS nos dice a los ABOGADOS CATÓLICOS y a TODO CIUDADANO MAYOR DE EDAD: “Vosotros sois la luz del mundo”… “Vosotros sois la sal de la tierra” (Mateo 5, 13-14). Esta propiedad de los abogados católicos y de todo ciudadano se debe manifestar en la política. Nuestro derecho a votar es la oportunidad magnífica y estupenda que las próximas elecciones del 1° de julio del 2012 nos brinda para pronunciarnos en favor del candidato que respete y enaltezca la dignidad de la persona humana y sus derechos fundamentales connaturales.

Es de pleno conocimiento de los abogados católicos y de todo ciudadano que han existido partidos políticos cuyos representantes se han conducido con inmoralidad una vez que han ocupado su cargo. Han actuado contra la dignidad humana, aprobando leyes en favor del aborto; consintiendo leyes a favor de los matrimonios gay; ratificando leyes que atentan contra la ley natural que es la presencia de la LEY DIVINA en el mundo.

“… si uno se avergüenza de mí y de mi mensaje en medio de esta generación infiel y pecadora, también el hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su padre con los ángeles” (Marcos 8, 38).
Como abogados católicos y ciudadanos en general no debemos eludir la responsabilidad civil de votar. No debemos abdicar, ni abandonar la participación política con nuestro voto. Con nuestro voto estamos colaborando a la democracia como una opción ética en favor de la dignidad humana. Con nuestro voto estaremos cumpliendo las palabras del Divino Señor Jesús de servicio a los demás.

La prudencia cristiana debe ser la guía del político cristiano que va a votar. Para ello es momento de orar pidiendo al Espíritu Santo nos invada con sus divinos dones de la sabiduría y la ciencia para estampar nuestro voto por el candidato que se interese y preocupe responsablemente por el BIEN COMÚN y los altos valores del ser humano como: La vida; la familia; la solidaridad; los más pobres; los más débiles.

Felices, dichosas y halagüeñas votaciones del 1° de julio del 2002.

LIC. Y MF. RODOLFO ALCACIO CONTRERAS

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