La Eucaristía, nos une a Cristo y a la Santísima Trinidad.

La Eucaristía, nos une a Cristo y a la Santísima Trinidad.

La Eucaristía, nos une a Cristo y a la Santísima Trinidad.
Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Juan 6, 57

Remedio-eficaz-a-nuestras-necesidades

¿Amas a Cristo? El que ama busca ansiosamente al amado sin descanso y quisiera ser uno con el amado.

¿Amas a Cristo? Mira la luz del Sagrario, en parpadeo de emociones, te llama, porque allí en el Sagrario, en la Hostia, está Cristo y te llama a la “común-unión” con Dios.

¿Sabías que “comiendo” a Cristo nos hacemos uno con Él?
¿Amas a Cristo? Pues busquemos unirnos a Él en la Eucaristía.

La Eucaristía es el Sacramento de la “Común-unión”

• Nos une a Cristo

Cristo está en la Eucaristía. Es de fe: lo ha dicho Él, que es la misma verdad. Allí está Cristo vivo.
a) Su Humanidad: Santísima, gloriosa en llagas, triunfante en su cuerpo glorioso. Luz, Vida Amor… y se ha quedado en la Hostia para transfundirnos su vida –como la cepa al sarmiento-. ¡Que sabia mas excelente la Sangre de Cristo!

b) Su Divinidad: Todo un Dios encerrado en un poco de pan… extraordinario misterio, pero allí está. Una buena madre decía a su pequeño, señalándole la Hostia: “Mira, allí esta Dios…” y el niño miraba con ojos muy abiertos. A nosotros nuestra madre del cielo nos dice: “Ahí está el Señor”

• Al comulgar se hace uno con nosotros. el sigue siendo Dios, y nosotros hombre, pero hombre de Dios… uno con Él. Es difícil de comprender, pero fácil de gustar si amas.

a) Tiene semejanza con el alimento que se asimila e incorpora al organismo; pero aquí es al revés. Cristo nos asimila a Él, nos hace “deiformes” nos trasforma en Dios. “Yo soy el alimento de las almas grandes: crece y cómeme; no me cambiaras en ti como el alimento de tu cuerpo, sin que tú te cambiarás en Mí” (san Agustín, “Confesiones”)

b) Es como el hierro que se pone al fuego y se vuelve incandescente. Somos hierro duro y frío pero al contacto con Cristo, nuestra humanidad se hará fuego de caridad divina.

c) Es como la cera derretida cayendo por la vela: se adhiere y forma unidad con ella. El fuego y amor de Cristo nos ablanda, “conforma” y nos hace uno con Él…”deiformes”

Algo así ocurre con la Eucaristía, pero como en un débil resplandor… sólo en el cielo, cuando la unión sea perfecta, veremos y viviremos sin metáforas esta intima unión.

• Y como en la Hostia esta Cristo, Dios y Hombre verdadero:

a) Nos une a Jesús como Dios. “El Verbo se hizo carne” Dios Hijo tuvo carne de hombre y vivió 33 años con los hombres; pero… “nos amo hasta el fin”… y se quedo con nosotros para siempre… ¡Ahí… en el Sagrario, es la Embajada del reino de los cielos, con un Embajador Real que se hace uno con los que se acercan a recibirle. La vida de Dios en nuestras almas.

b) Nos une a Jesús como Hombre. La Humanidad santísima esta también en la Hostia: “Hoc est Corpus meum” contacto intimo con Él para vivificar nuestro ser, más afortunados que aquellos que sólo podían tocar la orla de su vestido. Pero, cuerpo glorificado: “Hermosura que hace morir la palabra humana” (Ángela de Foligno) con su vida de cielo.

 

La Eucaristía, nos une a la Santísima Trinidad.

Las personas de la Santísima Trinidad son inseparables: una sola esencia, un solo Dios verdadero. Dónde está una de ellas, necesariamente las otras dos. Es el misterio de la circumnsesión divina… “El Padre y yo somos una misma cosa” y el Espíritu Santo es la expresión infinita de su amor. Si la esencia divina no los unificara, lo haría el amor: ¿Acaso pueden estar separados los que se aman?
Por eso el alma queda convertida en Templo de la Trinidad. Y el corazón de carne participa en la alabanza y gloria –por la unión sustancial con el alma- del culto a la Trinidad.

Por eso el ama se hace cielo. La misma vida de la Trinidad en el alma. El gran misterio que nos hará felices en el cielo. La lucecita de la inteligencia es demasiado débil para comprenderlo.

• El Padre está en nosotros haciendo sentir su Paternidad, amándonos entrañablemente en su Hijo, dándonos un Redentor: “Este es mi Hijo amado:” nos presenta a su Hijo que es Camino, Verdad y Vida.

• Jesús está presente- aún después de desaparecidas las especies- por la irradiación de su amor. nos ha llenado. vivimos en Él como el pez en el océano; como esponja sumergida con todos los poros llenos. Ya no es posible no pensar y vivir como Él: Luz hasta en lo humano. ¡Cómo aclara las inteligencias! Las almas Eucarísticas “comprenden” mucho más a Dios. Participan de la luz beatifica.

• Y el Espíritu Santo, Amor del Padre y del Hijo, “vinculo de caridad” que purifica la escoria del hombre para divinizarle.

Medios para conservar y hacer fecunda la Unión.

Mira por el decoro de la Casa de Dios, que eres tú mismo. ¿Sabéis que somos tempos de Dios (1Cor 3,16)

• Huyamos de las faltas, y no sólo del pecado mortal. Cuando hay invitados a nuestra casa como nos afanamos en limpiarla. Tenemos a Dios en el alma: arranca, rasga, corta, para que Dios se complazca en ser el Huésped.

• ¿Te gusta que las flores adornen tu hogar? Presenta a Jesús las flores de la virtud. Le agradan más que las de los altares, porque no se marchitan. Procuremos el riego de su gracia.

 

Se consiente de la Presencia de Jesús
• ¿Cuándo tienes invitados los desatiendes? ¿dejamos a Cristo en un rincón del alma durante todo el día? Somos capaz de ser tan descortés con quien lo merece todo.
• ¿habremos visto a un niño dormido en los brazos de su madre? Es feliz – experiencia sensible del calor maternal-, pero no lo sabe, ¡porque si supiese lo que vale la madre! Entre más consciente sea la unión Eucarística, más fructuosa será.

 

 

Vivamos nuestra unión con Dios

• En el trabajo: junto a Él, con espíritu Redentor, sin perder la unión.

• En el sufrimiento. “La Eucaristía es el Sacramento de la Pasión de Cristo en el sentido de que el hombre es consumado en su unión a Cristo crucificado”. Él dará fuerza, vigor y hasta Amor, sin tendencias enfermizas-a la Cruz. Cada dolor es como un beso que nos da el crucifijo y un nuevo rasgo de semejanza que tenemos con Jesús.” (Monseñor Gay)

• En la alegría, “Alegraos siempre en el Señor” Filipenses 4,4

• Unos con Cristo, en todo momento, en todo lugar: “Mi vivir es Cristo” en Cristo nos movemos y somos.

 

 

 

Un santo hizo salir a dos acólitos con velas encendidas para acompañar a una persona que, habiendo comulgado, abandonaba demasiado pronto la Iglesia. No lo olvides: Cristo, Dios, quiere que su presencia este iluminada con dos antorchas: Fe-creer fuertemente en su influencia viva y fecunda y caridad para corresponder a su infinito Amor. Fe y amor, que harán fecunda nuestra unión hasta que lo veamos perfectamente en el cielo.

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1 Comentario

  1. bernardo osorio

    !ho¡ dIvino manjar pan celestial , Eucaristia nuevo mana que deseas entrar en nuestro pecho, y reposar ahi entre tus amigos, pero cuantos son tus amigos. Señor si son fragiles com las hojas de los arboles, Jesus Sacamentado te has quedado por amor ahi encerrado te has hecho pricionero nuestro, que busca a tu hermano en sudesvelo donde pueda estar hablando contigo si tu templo esta cerrado y añoras que el tiempo invento del hombre vuele para que de nuevo los seres humanos vuelvan a buscarte en el santo Sagrario y escucharle sus angustias y alegrias sus gracias y sus fracasos, ¡ah! excelentisimo Señor Dios del universo mi mente solo podra como los bebes abba eres mi hermano eres mi Señor eres mi Rey, eres todo todo para mi. que por intersecion de Maria escuches mi suplica y la eleves a papa Dios mis humildes horaciones para que con sus anegeles y Santos intercesore nuestros ayudemos a los mas necesitas en este año de gracia de la Misericordia amen

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