Billete Celador  – Un Mensaje para Ti Guardia de Honor- La Justicia cristiana

Billete Celador – Un Mensaje para Ti Guardia de Honor- La Justicia cristiana

Billete Celador  – Un Mensaje para Ti Guardia de Honor- La Justicia Cristiana

Parroquia de San Pío X

    

“No penséis que he venido a abolir la ley y los profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento”. Os lo  aseguro, mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente ni una i ni una tilde de la ley sin que todo se cumpla. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe  y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos.

Mt 5, 17-19

 

S. Juan Crisóstomo: Jesús propone aquí el cumplimiento de su nueva ley y exhorta a la justicia generosa. Se toma la palabra justicia en el significado de virtud universal, que es como decir, rectitud y consonancia con la ley, la cual es regla y norma. Nótese que la Justicia de los escribas y de los fariseos estaba viciada por presunción de las propias fuerzas, y por querer revisar la vida de los demás; estaba puesta más en la ostentación de las obras que en la rectitud de las intenciones, más en los lavatorios externos que en la limpieza interna de corazones, más en las observancias minuciosas que en la custodia de los celestiales mandamientos. Jesús quiso decir: Si no cumpliereis no sólo las pequeñas cosas como hacen los fariseos, sino también las cosas que yo añadiré para cumplimiento de la ley, no  entraréis en el Reino de los cielos.

 «Dios escribió en las tablas de la Ley lo que los hombres no leían en sus corazones» San Agustín

1963   Según la tradición cristiana, la Ley santa (cf. Rm 7, 12) espiritual (cf. Rm 7, 14) y buena (cf. Rm 7, 16) es todavía imperfecta. Como un pedagogo (cf. Ga 3, 24) muestra lo que es preciso hacer, pero no da de suyo la fuerza, la gracia del Espíritu para cumplirlo. A causa del pecado, que ella no puede quitar, no deja de ser una ley de servidumbre. Según san Pablo tiene por función principal denunciar y manifestar el pecado, que forma una “ley de concupiscencia” (cf. Rm 7) en el corazón del hombre. No obstante, la Ley constituye la primera etapa en el camino del Reino. Prepara y dispone al pueblo elegido y a cada cristiano a la conversión y a la fe en el Dios Salvador. Proporciona una enseñanza que subsiste para siempre, como la Palabra de Dios.

1965 La Ley nueva o Ley evangélica es la perfección aquí abajo de la ley divina, natural y revelada. Es obra de Cristo y se expresa particularmente en el Sermón de la Montaña. Es también obra del Espíritu Santo, y por él viene a ser la ley interior de la caridad: “Concertaré con la casa de Israel una alianza nueva […] pondré mis leyes en su mente, en sus corazones las grabaré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo” (Hb 8, 8-10; cf Jr 31, 31-34).

1966 La Ley nueva es la gracia del Espíritu Santo dada a los fieles mediante la fe en Cristo. Actúa por la caridad, utiliza el Sermón del Señor para enseñarnos lo que hay que hacer, y los sacramentos para comunicarnos la gracia de realizarlo:

 «El que quiera meditar con piedad y perspicacia el Sermón que nuestro Señor pronunció en la montaña, según lo leemos en el Evangelio de san Mateo, encontrará en él sin duda alguna cuanto se refiere a las más perfectas costumbres cristianas, al modo de la carta perfecta de la vida cristiana […] He dicho esto para dejar claro que este sermón es perfecto porque contiene todos los preceptos propios para guiar la vida cristiana»

 (San Agustín, De sermone Domine in monte, 1, 1, 1).

 

1967 La Ley evangélica “da cumplimiento” (cf Mt 5, 17-19), purifica, supera, y lleva a su perfección la Ley antigua. En las “Bienaventuranzas” da cumplimiento a las promesas divinas elevándolas y ordenándolas al “Reino de los cielos”. Se dirige a los que están dispuestos a acoger con fe esta esperanza nueva: los pobres, los humildes, los afligidos, los limpios de corazón, los perseguidos a causa de Cristo, trazando así los caminos sorprendentes del Reino.

Ley evangélica lleva a plenitud los mandamientos de la Ley.

La Ley nueva es ley de amor, ley de gracia, ley de libertad.

 

Jesús, el mesías de Israel, es el más grande en el Reino de los Cielos; Él mismo se sujeto a sus propias palabras; Él nos enseño la ley perfecta, la del amor divino, que nos conduce a  una vida espiritual mucho más intensa, y que nos compromete  a amar  y a transformarnos en el amado.

El que no ama permanece en la muerte     1 Jn 3,14

 Regla de oro: “Todo cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros; porque ésta es la ley y los profetas” (Mt 7, 12; cf Lc 6, 31).

 

Padre de misericordia que has iluminado nuestros corazones con la luz del Espíritu Santo ayúdanos a permanecer fieles en el amor que tú mismo has derramado en cada uno de nosotros y conduce nuestra vida espiritual para así poder llegar a la plenitud de la verdad.

 

Oremos por todas las necesidades de la Iglesia en especial por el Papa Benedicto XVI, Arz. José Guadalupe Martín R. Obispo Juan Pallares, por todos los Sacerdotes del mundo en especial por: P. Eduardo Contreras, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay, P. Joel Padrón González,  Juan María Huerta Muro  Obispos, Cardenales, todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiásticas, Ministros de la Sagrada Comunión, Servidores de la Iglesia, todos los ministerios de la Iglesia en especial ministerio de Música y Evangelización, catequesis, familia, Liturgia, Celadores y Guardias del Sagrado Corazón de Jesús.

 

 

Oremos por todos nuestros hermanos enfermos en especial por: Todos los Sacerdotes enfermos, Antonio Moscoso, Salvador Hurtado (cáncer) Evangelina Guerra, Lichita García López (columna), José Carmen Ibarra Grande (cáncer) Braulio Cerón Gómez (bebé corazón), Guadalupe Camarillo García (cáncer tiroides), Rebeca González (cáncer mama) Rosalina Aguado Jiménez (quiste mama, columna) Guadalupe Torres de Charles (diálisis) Talía Helena Fernández V. (cáncer linfático) Roció Hinostroza (Leucemia) Alejandrina (fibrosis del corazón) Lorena Muñoz (tiroides, lupus) Evangelina Márquez (corazón) Rosy Frausto, Chavo (cáncer)Sonia Vigueras (cáncer estomago) José Gutiérrez Cataño (leucemia) Francisco Rodríguez, Jaime Ascencio Pérez (vista) Lucesita Cordero (cadera) Ricardo Carrera (cuadripléjico) Alfredo Campusano (cáncer huesos) Tere Lomeli (desgaste cartílagos) Mario Alberto Espinoza (diabetes) Chela I. Ma Esther Araiza(perdida de memoria) Graciela Guerra (nariz) Irma Martínez, Dr. Diego Sandoval, Juana Hernández Camacho, Aidé de León (cáncer)  Luz Estela Giraldo (cáncer) Salvador Núñez (Parkinson, diabetes) María Teresa Pliego (fractura cabeza) Mary Carmen, Hermilio Rico, Liliana Almaguer, Graciela Franco R. Hna. Carmela ópez, Margarita de la Torre, Gloria Ma. Sánchez, Mary Gutiérrez.

 

Oremos por las necesidades espirituales y materiales de: Imelda Gutiérrez Vela, José Antonio Gómez Soto, Lupita Hernández, Lidia Bautista, Maru Zavala P., Gloria Alejandri,  Margarita Ávila, Serafín Bonilla, Miriam Calvillo.

 

Oremos por todas las familias del mundo en especial todas aquellas que sufren violencia, falta de trabajo, problemas económicos, sufren enfermedades, divisiones, infidelidades, están a punto de divorciarse, abandono por parte de los hijos.

Oremos por todos nuestros fieles difuntos y almas del Purgatorio para que gocen de la gloria eterna.

Oremos por todos los que nos piden oración.

¡¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!!

 

 

 

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