Para ser amigo de Dios con “San Francisco de Sales” Propiedades y excelencias de la Devoción: el mundo inflama la santa Devoción.
Los que desanimaban a los israelitas a ir a la tierra de promisión, decían que era una tierra que tragaba a los que la habitaban. Como decir que el aire era tan maligno, que no podían vivir mucho tiempo, y que los habitantes eran gigantes tan prodigiosos, que se comían a los otros hombres como langostas.
Así el mundo, inflama cuanto puede la santa Devoción, pintando a las personas devotas como enojadas, tristes y macilentas, y publicando que la Devoción causa humores melancólicos e insoportables.
¿Qué dice el Espíritu Santo y nuestro Señor?
Como Josué y Caleb aseguraban que no solamente era buena y hermosa la tierra prometida, sino también la posesión sería dulce y agradable, de la misma manera el Espíritu Santo, por boca de todos los santos, y Nuestro Señor por la suya:
“Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, que yo os aliviare”. Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de Corazón, y hallareis descanso para vuestras almas, pues mi yugo es blando y mi carga ligera”
Nos asegura que la vida devota es una vida dulce, dichosa y amable.
Lo más amargo se vuelve dulce y suave.
El mundo ve que los devotos ayunan, rezan y sufren las injurias; sirven a los enfermos, asisten a los pobres, velan reprimen la cólera, detienen y enfrentan las pasiones, se privan de los placeres sensuales y hacen tales y otras acciones, que en ellas mismas y de su propia sustancia y calidad son ásperas y rigurosas.
Pero el mundo no ve la Devoción interior y cordial, que vuelve todas las acciones, agradables, dulces y fáciles.
Mira a las abejas sobre el tomillo, que chupando, sacan un zumo muy amargo, convirtiéndole después por propiedad que tienen, en dulcísima miel.
Las almas devotas, o también las mundanas, es verdad que hayan mucha amargura en su ejercicio de mortificación, más continuando en él, lo más amargo lo vuelven dulce y suave.