“Eucaristía, Presencia real”

“Eucaristía,Presencia real”
Yo estaré con vosotros hasta el fin de los siglos Mt. 28,20

Ante-Ti-Jesus-mio

“Habiendo Jesús amado a los suyos que estaban en este mundo, al fin extremadamente los amor” Juan 13,1. Hasta las últimas exigencias y en todas las posibilidades de amar.

Jesús nos muestra lo fundamental de una amistad: el deseo de estar con la persona amada para siempre, sin interrupción.

Por esto instituye el Sacramento de la Eucaristía:
a) Para hacerse presente entre nosotros, mientras esperamos la definitiva convivencia del cielo.
b) Nos ayuda a alcanzar esa gloriosa e inamisible posesión de Dios, consumado, junto con su Iglesia la Redención.
c) Nos pide que correspondamos al amor de su Corazón, presente en la Eucaristía.

 

Jesucristo está presente y vive en el Sagrario
El milagro de la Consagración del Pan y el Vino

¿Cómo se hace presente Cristo en la Eucaristía?
1. Al Pronunciar el Sacerdote las palabras de la Consagración, tiene lugar la misteriosa transubstanciación.
2. Toda y sola la sustancia del pan y el vino se convierte en toda y sola la sustancia del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
3. Del pan y del vino no quedan más que todos y solos los accidentes.

Realidad profundo del misterio Eucarístico
¿Quién está presente en la Eucaristía?
Es el mismo Jesucristo cuya vida nos cuentan los Evangelios. Es el que vive glorioso, sentado a la diestra del Padre, y contemplan los bienaventurados en el cielo.

¿Cómo es esta Presencia? (DZ. 883)
a) Real. Con independencia de nuestra fe, voluntad o imaginación; aunque no nos acordemos, ni le honremos. El está allí.
b) Verdadera. No es sólo un signo, como la venadera lo es de la Patria.
c) Sustancial. No solo según su virtud o gracia, como en la administración del Bautismo o Confirmación.

¿Qué comprende esa Presencia sustancial?
a) Su Cuerpo, con sus llagas de la crucifixión, pero ahora en estado glorioso, “Jesucristo resucitado, no muere ya” Romanos 6,9
b) Su alma, bella, santa, inundada de alegría y de paz: con los exquisitos sentimientos de amistad, de comprensión, compasión… con la inteligencia iluminada por la bienaventurada visión de la Trinidad y de todo el Universo. Nada escapa a su mirada.
c) Y esta naturaleza humana subsiste en la Persona del Verbo Eterno, al que adoran los ángeles desde la eternidad.

 

¡¡¡El Dios y Señor del universo está en la pequeña Hostia del Sagrario!!!

 

¡Jesucristo está presente por amor!
¡Él quiere ayudarnos a alcanzar el cielo!
a) Con su ejemplo y su poder
¿Qué hace Jesús presente en la Eucaristía? Igual que en su vida mortal:
Obedece. Entonces obedecía a la Virgen María y a san José. “Les estaba sujeto” Lc. 2,51
Ahora obedece: Al Padre: “Yo hago siempre lo que es de su agrado” Jn 8,29 a sus ministros en el momento de la Consagración.

 

b) Vive pobremente: entonces no tenia donde reclinar la cabeza Mt. 8,20 ahora ¡Esos Sagrarios pobrísimos: una caja de madera, sin flores, sin luces…!

c) Esta solo: muchos le abandonan: ¿Queréis iros vosotros también? Jn. 6,67 Ahora. ¡Tantos Sagrarios abandonados!

d) Atrae a las almas: entonces le seguía, a veces, una gran muchedumbre. Jn 6,2 también ahora le siguen muchas almas sedientas de su gracia ¡Esos millones de fieles de los Congresos Eucarísticos! A todos puede referirse aquellas palabras del Evangelio : “El Maestro esta allí y te llama” Jn 11,28

e) Penetra los corazones. Entonces, descubrió a la Samaritana sus secretos. ¡Arrodíllate a menudo, sin prisa, ante el Sagrario, y El te enseñara a conocerte y a conocerle!

f) Es Taumaturgo: los Evangelios narran 38 milagros y se refieren a otros muchos. En nuestros días. ¡Recordad los milagros de Lourdes y Fátima, al bendecir a los enfermos desde la Custodia!

g) Con su gracia
¿Para que está presente Jesús en la Eucaristía?
Él no necesita de nosotros. En nuestro lugar, los ángeles le adoran. Pero nosotros tenemos necesidad urgente de acercarnos a la fuente de todas las gracias. “Si alguno tiene sed, venga Mi y beba” Jn 7,37

¡Cuántas gracias!
• Nos sostiene en la vida espiritual: aumenta nuestra fe. Se perfecciona al creer que está presente en el Sacramento
• Crece nuestra esperanza, ante la proximidad de quien está ahí “para que tengamos vida y la tengamos abundantemente” Jn. 11,28
• Se enciende nuestra caridad. Debemos corresponder al amor que le tiene prisionero en el Sagrario.

Nos ayuda a llevar las cargas de la vida humana. Nos consuela en los trabajos, desengaños y fracasos. “Venid…Yo os aliviaré” Mt. 11,28

 

¿Qué nos pide Jesús en la Eucaristía?
• El amor de Jesús es fiel. Pero no quiere imponerlo a la fuerza. El nos pide: Permaneced en mi Amor” Jn. 15,9
• Si acudimos a su llamada, nuestra vida será fecunda en santidad. “El que permanece en Mi –por la fe y el amor- y Yo en él – por la gracia- ése da mucho fruto” Jn. 15,5

 

¡Correspondamos con fidelidad al amor de Jesús!
• De rodillas ante el Sagrario, supliquemos: “Quédate, Señor con nosotros” Lc. 24,29. Te necesitamos a Ti, Pan Vivo, para no perecer de hambre.

¿Qué serian nuestras ciudades y pueblos, hospitales y colegios, sin la presencia de Jesucristo: del Buen Samaritano, que consuela y cura; del Maestro Bueno, que enseña la pureza, humildad y obediencia?

¿Qué serian nuestras Iglesias sin Sagrarios? Capillas protestantes, de donde han arrojado a Jesucristo: vacías, frías, tristes…

¿Qué sería nuestra vida cristiana lejos de Cristo? Sarmiento seco, preparado para el fuego.

¡Que Jesucristo Eucarístico mantenga encendido en nosotros el fuego de la caridad a Dios y al prójimo. No lo olvidemos nunca “Sin Mi no podéis hacer nada”! Jn. 15,5

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