Devoción al Sagrado Corazón de Jesús Para todos los días del mes. Día 10. Jesucristo, es nuestro pastor.

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús Para todos los días del mes. Día 10. Jesucristo, es nuestro pastor.

 

Devoción al Sagrado Corazón de Jesús
Para todos los días del mes. Día 10. Jesucristo, es nuestro pastor.

Buen-Pastor

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

 

 

 

Acto de Contrición

Misericordia, Señor, hemos pecado. Por tu inmensa compasión borra nuestras culpas. Contra Ti, contra Ti sólo pecamos. Cometimos las maldades que Tú aborreces. Aparta de nuestros pecados tu vista. Borra de nuestras almas toda culpa. Oh Dios crea en cada uno un corazón puro, y no alejes de nosotros tu Santo Espíritu. Como se aleja el Oriente del Occidente, así tú alejas nuestros pecados. Tú perdonas nuestras faltas. Eres compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia. No nos tratas como merecen nuestros pecados ni nos castigas como lo exigen nuestras culpas. Como se eleva el cielo sobre la tierra, así se eleva tu bondad sobre nosotros. Como un padre siente ternura por sus hijos, así Tú, oh Dios, sientes compasión por tus servidores. Sabes de qué estamos hechos y recuerdas que somos barro. Tu misericordia, Señor, dura por siempre. Recuerda Señor que tu ternura y tu misericordia son eternas: no te acuerdes de nuestros pecados ni de las maldades de nuestra vida pasada. Acuérdate de nosotros con misericordia, por tu bondad, Señor. Por el honor de tu Nombre perdona nuestras culpas que son muchas. Te lo suplicamos en el nombre de Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

 

 

 

Acto de Consagración

Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano; míranos humildemente postrados ante tu altar. Tuyos somos y tuyos queremos ser; y, para que podamos hoy unirnos más íntimamente contigo, cada uno de nosotros se consagra espontáneamente a tu Sagrado Corazón.

Es verdad que muchos jamás te conocieron, que muchos te abandonaron después de haber despreciado tus mandamientos; ten misericordia de uno y de otros, benignamente Jesús, y atráelos a todos a tu Santísimo Corazón.

Reina, Señor, no solamente sobre los fieles que jamás se apartaron de ti, sino también sobre los hijos pródigos que te abandonaron, y haz que estos prontamente regresen a la casa paterna, para que no perezcan de hambre y de miseria.

Reina sobre aquellos a quienes traen engañados las falsas doctrinas o se hallan divididos por la discordia, y vuélvelos al puerto de la bondad y a la unidad de la fe, para que en breve no haya sino un solo redil y un solo Pastor.

Concede, Señor, a tu Iglesia, segura y completa libertad; otorga la paz a las naciones y haz que del uno al otro polo de la tierra resuene esta sola voz: Alabado sea el Divino Corazón, por quien nos vino la salud: a Él sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro… Avemaría… Gloria al Padre…

 

 

Día 10
Jesucristo, es nuestro pastor.

 

Lectura del santo Evangelio según san Juan 10, 11-16

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a esas las tengo que conducir y escucharan mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.

Palabra del Señor.

Oh Jesús
Mi pasado… perdónamelo
En mi futuro…acompáñame

 

 

Plegaria
Salmo 27

 

¿A quién voy a temer, si nuestro Señor está conmigo?

El Señor es mi luz y mi salvación ¿a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida ¿Quién me hará temblar?

Cuando me asaltan los malvados, ellos tropiezan y caen.

Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no tiembla.

Aunque hagan guerra contra mí, permaneceré tranquilo.

Una cosa pido al Señor, eso buscaré; habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida.

Gozar de la dulzura del Señor adorándolo en su templo.

El Señor me protegerá bajo su sombra el día del peligro.

Me pondrá a salvo como sobre una roca, asó podré ofrecer sacrificios en su templo y aclamar y tocar y cantar en honor del Señor.

Escúchame Señor que te llamo, ten piedad, respóndeme.

Mi corazón me dice: “Busca la presencia del Señor.”

Y yo digo: “Tu rostro buscaré, Señor.”

No me escondas tu rostro, no te escondas de mí.

No rechaces con ira a tu siervo, que eres mi auxilio.

No me deseches, no me abandones, Dios de mi salvación.

Si mi padre y mi madre me abandonan, el Señor me recogerá.

Señor: enséñame el buen camino, porque tengo enemigos.

No me entregues a la saña de mis adversarios.

Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

 

Gloria al Padre…

 

 

 

Muerte del Padre Claudio

San-Claudio-de-la-Colombiere1

En 1681 vuelve muy enfermo de Inglaterra el padre La Colombiere. Pensaba irse a otra región pero santa Margarita le informó: “Jesús me dijo que Él quiere que su vida termine en esta población” el buen sacerdote desistió de su proyectado viaje a otra ciudad y ya no pensó sino en prepararse a morir santamente. Y el 15 de febrero de 1682 voló a la eternidad. Fue el primer sacerdote Jesuita que se dedicó a propagar la Devoción al Corazón de Jesús.la santa había escuchado a Jesús esta orden: “Deseo que la Compañía de Jesús de dedique a difundir la Devoción a mi Sagrado Corazón” el padre Claudio comunico a sus compañeros religiosos este mensaje y los padres Jesuitas han cumplido admirablemente este encargo de nuestro Señor. El padre Claudio fue declarado santo por la Iglesia Católica.

Una curación y unas condiciones. Por aquellos tiempos se enfermó gravísimamente una joven del convento de Paray Le Monial, Antonia Rosali, y ya había perdido el sentido. La superiora le dijo a Margarita:
Pídele al Corazón de Jesús que le permita a esta joven volver a la vida.

La santa le suplico este favor a nuestro Señor y Él le dijo: Te concedo lo que me pides, pero con estas condiciones:

Que aceptes sin más los empleos y oficios que te señalen en la comunidad.

Que vayas a la sala de visitas cada vez que alguna persona quiera consultarte acerca de la Devoción que tienes que propagar.

Que escribas cuanto has visto y oído en las revelaciones.

Margarita, aunque estas condiciones le parecían muy duras, porque ella deseaba permanecer ignorada y escondida, las aceptó de buena gana, y la joven agonizante recobro la salud.

Ahora la santa tendría que aceptar un cargo muy difícil que le iban a dar, y bajar frecuentemente a la sala de visitas a informar a las personas acerca de cómo debe ser la Devoción al Sagrado Corazón, y dedicar largos ratos a escribir todo lo que había visto y oído en sus revelaciones, con lo cual nosotros hemos salido ganado mucho, porque hemos llegado a saber muy importantes detalles de estas apariciones.

 

 

 

 

Práctica: Encomendaré en la santa misa o en mis oraciones a las almas del Purgatorio que hayan sido devotas del Sagrado Corazón.

 

Gozos

Pues eres de nuestro amor el más tierno y dulce encanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

I
En este Pan, escondido se encuentra tu Corazón, para dar paz y perdón al que llega arrepentido; escucha, pues, el gemido que eleva el alma; entre tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

II
Tu Santa Cruz es el emblema de tu ternura y amor, asilo del pecador, consoladora en la pena; y por esto el alma llena de gratitud, alza un canto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

III
Con la corona ceñida de espinas, tu Corazón nos muestra la compasión que por el hombre has tenido, y por eso nuestro olvido te hace sufrir, ¡Oh Amor Santo!
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

IV
Con una lanza atrevida abrió el soldado tu pecho, y allí nos das el derecho de ir a buscar acogida; por esto el alma afligida cambia en gozo su quebranto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

V
De tu entreabierto costado brota a torrentes la vida; en él encuentra acogida el triste, el desamparado; por eso el que te ha gustado, te dice lleno de encanto.
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.
VI
Mas no tan sólo el costado la cruel lanza desgarró; a tu Corazón llegó dejándolo atravesado, ¡Oh, cuánto, Jesús amado, te debe mi alma! Por tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

VII
Aquí en este Sacramento de tu Corazón palpitante nos brinda, Jesús amante, el más sabroso alimento; eres de amor el portento que asombra al mundo y por tanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

VIII
Conociendo tu ternura ¿Cómo puede el pecador abandonarte, Señor, por buscar a la criatura? Venga, pues, toda alma pura y diga bañada en llanto,
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

IX
Por las penas interiores de tu amable Corazón haz que en santa contrición te busquen los pecadores; escucha nuestros clamores y pon fin a nuestro llanto.
Todos los pueblos te adoren, Corazón amable y santo.

 

Oración final

Acto de fe, esperanza y caridad.

Dios mío, creo en Ti, fortalece, Señor, mi fe.

Espero en Ti, afirma mi esperanza.

Te amo con todo mi corazón; enciende mi amor.

Me pesa de haberte ofendido; aumenta mi dolor.

Te adoro como a mi primer principio; te deseo como a mi último fin.

Te doy gracias como a mi continuo bienhechor; te invoco como a mi soberano defensor.

Dígnate Dios mío, dirigirme con tu justicia, consolarme con tu misericordia y ampararme con tu poder.

Te consagro todos mis pensamientos, palabras, obras y trabajos; a fin de que de hoy en adelante piense siempre en Ti, hable de Ti, obre según Tú y padezca por Ti

Señor, hágase en mi y en todas mis cosas tu Santísima Voluntad, en tiempo y en eternidad.

Te suplico que ilumines mi entendimiento, fortalezcas mi voluntad, purifiques mi corazón y santifiques mi alma.

Socórreme, Señor con tu gracia para vencer la soberbia con la humildad, la avaricia con la generosidad, la pereza con la diligencia, la lujuria con la mortificación, la envidia con la caridad, la ira con la paciencia, la gula con la abstinencia, la tibieza con el fervor; y todas mis inclinaciones y afectos desordenados con tu Santo temor y amor.

Amén.

Oremos

Te pedimos, Dios Todopoderoso y eterno, que, al celebrar la grandeza de tu amor que resplandece en el Corazón de tu Hijo, recibamos de esta fuente divina gracias cada vez más abundantes.

Dios de amor, que en el Corazón de tu Hijo, herido por nuestros pecados, has depositado infinitos tesoros de caridad, te pedimos que al rendirle el homenaje de nuestro amor, le ofrezcamos obras de reparación y desagravio, y obtengamos el perdón de nuestros pecados y un aumento y progreso de nuestro amor hacia ti. Te lo pedimos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo quien contigo y el Espíritu Santo vive y reina y es Dios por los siglos de los siglos.

Amén.

En el nombre del Padre y….

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