Billete Celador –Un mensaje para Ti Guardia de Honor- La pecadora…                   Parroquia de San Pío X

Billete Celador –Un mensaje para Ti Guardia de Honor- La pecadora… Parroquia de San Pío X

Billete Celador –Un mensaje para Ti Guardia de Honor-

La pecadora…

                  Parroquia de San Pío X         

Amor-incondicional

…al verlo el fariseo que le había invitado,  se decía para sí: “Si éste fuera profeta, sabría quién y qué clase de mujer es la que le está tocando, pues es una pecadora.” Jesús le respondió: “Simón, tengo algo que decirte.” Él dijo: “Di, maestro.” un acreedor tenía dos deudores: uno debía quinientos denarios y el otro cincuenta. Como no tenían para pagarle, perdono a los dos. ¿Quién de ellos le amará más?” respondió Simón: “Supongo que aquel a quien perdonó más.”

Él le dijo: Haz juzgado bien.” Y, volviéndose hacia la mujer dijo a  Simón: “¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua para los pies. Ella, en cambio, ha mojado mis pies con lágrimas y lo ha secado con sus cabellos. No me diste el beso. Ella, desde que entro, no ha dejado de besarme los pies. “No ungiste mi cabeza con aceite. Ella ha ungido mis pies con perfume. Por eso te digo que quedan perdonados sus muchos  pecados, porque ha mostrado mucho amor. A quien poco se le perdona, poco amor muestra.” Y le dijo a ella: “tus pecados quedan perdonados.” Los comensales empezaron a decirse para sí: “¿Quién es este, que hasta perdona los pecados?” pero él dijo a la mujer: “tú fe te ha salvado. Vete en paz.”

Lucas 7, 36- 50

 

San Juan Crisóstomo: le son perdonados sus muchos pecados, porque ha amado mucho. Esta mujer de mala vida, llego a ser más virtuosa que las mismas vírgenes; de hecho, a la penitencia tan llena de fervor, siguió un amor más ardiente por Jesucristo.

 

Supliquemos con todo el corazón a nuestro Señor, perdone nuestros pecados.

 

¡Qué abismo hay entre Jesucristo y los hombres! Mientras nosotros nos dejamos llevar por las apariencias, descalificamos y rechazamos;   Jesucristo, ve más allá, Él,  no se fija en los actos exteriores sino en la intención del corazón, Él, acoge, ama, perdona…  ¡Para el fariseo la mujer era indigna de estar entre ellos,  Cristo, en cambio se deja amar y ve en ella, ejemplo de amor, fe, arrepentimiento…! ¡La  misericordia de Dios, va mas allá de todo pensamiento humano! ¡su Amor es sincero!

 

Jesucristo, es la revelación del amor perfecto, toda su vida es un continuo dialogo filial con Dios y con su testimonio de palabra y obras, hace oír su llamamiento a amar a Dios como Él mismo lo ama. Paso por el mundo haciendo el bien en un desinterés total y  atento a todos, sobre todo a los más despreciados, a los más indignos, a los desamparados, pecadores… para hacerlos sus amigos. Este amor merece reciprocidad, el mandamiento se mantiene en vigor: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” pero, se obedece a través de Jesucristo: amándole se ama al Padre. Se le ama guardando íntegramente su palabra, se le sigue renunciando a todo. A lo largo del Evangelio hay una división entre los que aceptan y los que rechazan este amor. Es en la cruz donde se revela el amor y su perdón con mayor intensidad. Por la cruz es Dios plenamente glorificado, también, es donde los hombres encuentran la suprema tentación de infidelidad, pocos aceptan un amor total y exigente que los lleve a sacrificarse. Este es el camino del verdadero amor,  que Jesucristo, nos ha enseñado: renunciar a sí mismo para dejarse llenar por Dios, solo ser  conducido por su Amor que nunca se equivoca y aunque doloroso el camino siempre sera el mejor porque él estará con nosotros.

La fe es necesaria para que el Señor actué en nosotros.   

 

La fe es una gracia de Dios. La fe debe obrar en la docilidad al Espíritu de acuerdo al bautismo recibido, sin gloriarse en su propia justicia, ni apoyado en sus obras. Dios obra en el querer y el hacer. En el Evangelio la fe está centrada en Jesucristo y en su gloria divina. Creer en Dios y en Jesucristo es lo mismo. Porque Cristo y Dios son uno. La fe debería llegar a creer en  la realidad invisible  de la gloria de Cristo, sin tener necesidad de ver los signos que la manifiestan, para explayarse en la contemplación de lo invisible. Para quien cree no habrá juicio, porque ya ha resucitado, camina en la luz y posee la vida eterna. Quien tiene fe, vive amando y sus obras lo atestiguan.

Mamita María, Madre de Misericordia, tú que conoces la fecundidad de una fe centrada en el amor a Dios que te llevo a donar tu propia vida, intercede por nosotros para que nuestra fe crezca para que aun en los momentos de prueba no nos acobardemos sino que seamos fieles como tú eres fiel.

 

Intención del nuestro Santo Papa: Para que los ancianos, los marginados y las personas que viven en soledad tengan, incluso en las grandes ciudades, oportunidades de encuentro y solidaridad. Para que los seminaristas, los novicios y las novicias, tengan formadores que vivan la alegría del Evangelio, y les preparen con sabiduría para su misión.

 

Por todos los sacerdotes para que en su corazón reine el Amor.

 

Para que todos los sacerdotes  a ejemplo del buen Pastor, lleven al rebaño que Jesucristo ha puesto en sus manos a beber del Manantial de la vida. 

 

Por todos los sacerdotes en especial por nuestro Papa Francisco, Arzobispo Alfonso Cortés, Obispo Juan Pallares, P. Juan Rodríguez Alba, Eduardo Contreras, P. Juan Manuel Fernández, Silverio Chávez, P. Hugo Landeros, P. Antonio Borja, P. Andrés García, P. Mario García  para que nuestro Señor los sostenga en los momentos difíciles y se mantengan fieles hasta el último momento y que su fe brote a través de sus palabras y obras nos inviten a creer.

Por lo sacerdotes cansados y agobiados por el exceso de trabajo para que nuestro Señor, los fortalezca y encienda en ellos el fuego de su Amor y para que sus vidas giren en torno a la Eucaristía, fuente de todo bien.

   Oremos por todas las necesidades de nuestra Iglesia en especial por: santo Papa Francisco, Papa Emérito Benedicto XVI, Arz. Alfonso Cortes Contreras, Arz. Emérito José Guadalupe Martin Rabago, Obispo Juan Pallares, por todos los Obispos y sacerdotes del mundo en especial por: P: Eduardo Contreras, P. Juan Rodríguez Alba, P. Mario García, P. Juan Manuel Fernández, P. Silverio Chávez Ayala, P. Rafael, P. Martin Tafolla, P. Jorge Claudio, P. Hugo Landeros, P. Arturo Pérez Márquez, P. Antonio Borja,  P. Arturo Espinoza Rico, P. Jorge Avalos, P. Chuy Salazar, P. Carlos Muñoz F., P. Chuy Reyes, P. José López, P. Valentín Garibay, P. Joel Padrón González, P. Juan María Huerta Muro, P. Roberto Velázquez, P. Cástulo Zavala, P. Eduardo Córdova, Párroco Tomas M. Zielinski, P. Juan Desiderio Espinoza, P. Miguel Domínguez, P. Leo Patlán, P. Emmanuel Ayala, Arz. Ulises  por todos los seminaristas, por todas las órdenes religiosas, vocaciones sacerdotales, Misioneros, Diáconos, todas las autoridades eclesiales, Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión, todos los Ministerios en especial Catequesis infantil, Familia, Comunidades, Epso Caritas, Evangelización, Liturgia, Música, Ministerio de Jóvenes, Pastoral de la Salud, Visitan la Cárcel, Niños de María y todos los Servidores de la Iglesia.

 

Celadores del Santísimo Sacramento y Guardias de Honor del Sagrado Corazón de Jesús.

 

Por todos los enfermos del mundo en especial por los sacerdotes

 

Por todos los países que viven en crisis social, económica, guerra…

 

Por la paz en todo el mundo

Por las necesidades de todos los gobernantes del mundo.

 

Por todas las familias y sus necesidades.

 

Por todas las almas del Purgatorio.

¡¡¡Unidos en la Eucaristía!!!

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