La fidelidad es la única piedra de toque del verdadero amor… es su más delicada y hermosa flor. Nuestro Señor la espera de nuestro amor y promete tocarla en sus más exquisitas gracias.
“Si estas dispuesta a serme fiel te prometo que derramare sin medida toda mi misericordia en ti y conocerás cuán grande es el amor que tengo a tu alma”… “Si me eres fiel te comunicare las riquezas de mi Corazón”.
No defraudes al Corazón bondadoso de Jesús… te pide seas fiel… fiel a sus propósitos… a las enseñanzas aprendidas… a las resoluciones de un día de luz… resoluciones quizá olvidadas… descuidadas… medita las promesas a la fidelidad.
“Quiero que seas toda mía y que me seas fiel, que me ames. En cambio de tu fidelidad me doy a ti por Esposo… no me importan tu nada y tus caídas, mi sangre lo borra todo. Te basta saber que te amo”.
El Corazón de Jesús necesita corazones que amen… almas que le sean fieles, con esa fidelidad cotidiana y de cada momento… fidelidad en lo grande y en lo pequeño… en lo agradable y en lo penoso ¡Cuenta contigo! ¡Espera fidelidad!
Corazón de Jesús:
Que “sepa por mi fidelidad cicatrizar las heridas que recibes de los pecadores”
Que “la fidelidad de mi amor se deje conducir por Ti que me amas”.
Corazón de Jesús:
Deseo ser fiel “Sostenme en mi fidelidad”
Deseo ser “fiel y sumisa a tu Voluntad aún en los momentos más difíciles”.
Práctica:
Renueva, hoy, por amor al Corazón de Jesús, tu fidelidad, a las promesas que un día le hiciste.